///Alzheimer: en Argentina 1 de cada 8 personas mayores de 65 lo padece

Alzheimer: en Argentina 1 de cada 8 personas mayores de 65 lo padece

Son datos del análisis de la población nacional, pero para investigadores locales, esa relación tambien podría estar presente en San Juan y es lo que se estudia.

El avance de deterioro cognitivo en la población mundial es silencioso, pero implacable.  Se estima que actualmente  más de 55 millones personas en todo el mundo tienen  demencia. Tambien aumenta el riesgo de padecer  Alzheimer, una de las enfermedades  específicas del cerebro, con síntomas compartidos con la demencia. De hecho, se sabe que 1 de cada 8 personas mayores de 65 años padece Alzheimer en la Argentina, una cifra que puede traspolarse a San Juan, dice el neurólogo Fernando Márquez, aunque «aún no hay en la provincia estudios epidemiológicos realizados en San Juan que midan con precisión la prevalencia real».

Un escenario complejo, pero no desalentador para los cientìficos y médicos, que opinan que se puede tratar de prevenir su aparición en los siete adultos mayores que permanecen sin ese diagnóstico.

Es que afirman, que el 40 por ciento de las demencias podrían prevenirse abordando los factores de riesgo que se han identificados como “modificables” y promoviendo factores neuroprotectores.

En San Juan, se realizó este miércoles una jornada organizada por la Unidad de Memoria y Salud cerebral del Servicio de Neurología del Hospital Rawson, donde se capacitó a personal de salud sobre salud cerebral, proyección del deterioro cognitivo y la aplicación de la IA para diagnosticar esta patología donde disertaron además de  Márquez, quien es neurólogo especialista neurorehabilitación, científico de datos miembro del Grupo de Neurología Cognitiva de SNA, docente e investigador de la  UCC y RedLat; la licenciada Veronica Corbalan, enfermera especialista en salud mental, integrante del equipo de la Unidad de Memoria y Salud Cerebral; y la licenciada Luciana Vita, neuropsicóloga especialista en salud cerebral y deterioro cognitivo en poblaciones vulnerables.

Allí explicaron que en San Juan se usaron  programas que usan la IA para evaluar con mayor precisión síntomas y riesgos de deterioro cognitivo de una persona, a partir de detectar alteraciones sutiles en el habla o modelos predictivos que integran datos clínicos y de neuroimagen.

Marquez y Vita son parte del equipo de Neuromentia, un proyecto  llevado adelante por un equipo interdisciplinario de la UCCuyo (Facultades de Ciencias Médicas y Filosofía y Humanidades), dirigido por el Dr.Martín Bruno en el marco de los Proyectos Federales de Innovación (PFI 2022),que viene realizando una investigación en una muestra local de 666 personas mayores de 65 años en los que se aplicaron estas técnicas que utilizan IA .

“La IA detecta patrones ocultos que escapan a la observación clínica tradicional, y nos ayuda a orientar mejor las intervenciones preventivas” aseguró Márquez a NotiSalud  al momento de responder cómo aporta la IA al diagnóstico de demencia.

Los estudios realizados sobre población sanjuanina concluyen que hay màs de un 60 por ciento de “factores riesgo modificables” que en la muestra de población que fue objeto de estudio encabeza la lista el bajo nivel educativo (porque puede afectar la reserva cognifiva) seguida por la hipertension, obesidad, perdida de audición, el sedentarismo, el aislamiento social, entre otros factores como el  tabaquismo, colesterol elevado y  diabetes.

«No son dos opciones distintas: los médicos o la IA. Es una sola: médicos apoyados por una nueva herramienta de gran utilidad.»

Envejecimiento en Argentina

  • Índice de envejecimiento en aumento.
  • 11,9% de la población (5,5 millones) tiene 65 años o más.
  • San Juan: 10,8% de la población (88.868 personas).
  • Relación de dependencia aumentó 3,4 puntos en 30 años.

 

La prevención a través de la identificación de los factores de riesgo parece ser la mejor herramienta para frenar el avance de la demencia en el mundo, en un panorama en el que la Argentina no está exenta.

“Si 1 de cada 8 podría desarrollar Alzheimer, significa que 7 de cada 8 están a tiempo de prevenirlo. Eso refuerza la importancia de invertir en investigación local y estrategias de salud cerebral”.

La entrevista completa con el neurólogo Fernando Marquez.

¿Con el aumento de la expectativa de vida, es necesario avanzar en prevención? ¿Cuántos de los que hoy están sanos podrían sufrir demencia?

A medida que más personas alcanzan edades avanzadas, crece el número de adultos mayores con riesgo de desarrollar demencia. Se estima que aproximadamente 1 de cada 8 personas mayores de 65 años podría presentar enfermedad de Alzheimer u otra demencia en algún momento de su vida. Sin embargo, hasta el 40% de los casos podrían prevenirse actuando sobre factores modificables. La buena noticia es que hoy podemos identificar riesgos en etapas tempranas, incluso antes de que haya síntomas, lo que nos da una ventana de oportunidad única para la prevención.

¿Cuáles son los peores riesgos modificables?

Existen varios factores de riesgo que, si se abordan a tiempo, pueden reducir significativamente la probabilidad de desarrollar demencia:

  • Aislamiento social : no tener contacto emocional o significativo con otras personas deteriora el bienestar cerebral.
  • Inactividad física y mental: el sedentarismo y la falta de desafíos cognitivos afectan la reserva cerebral.
  • Mal sueño: dormir poco o mal impacta negativamente en los mecanismos de limpieza cerebral.
  • Bajo nivel educativo: menor estimulo cognitivo en la vida temprana puede predisponer a un mayor riesgo.
  • Hipertensión, diabetes y obesidad: son factores vasculares que dañan el cerebro con el tiempo.
  • Depresión no tratada: afecta la estructura cerebral y puede simular o acelerar un deterioro.
  • Consumo de alcohol y tabaquismo: se relacionan con mayor riesgo de deterioro cognitivo.
  • Contaminación ambiental y traumatismos craneales repetidos: son factores emergentes con evidencia creciente.
  • Abordarlos de forma integrada es clave para una verdadera promoción de salud cerebral.

¿Que en San Juan 1 de cada 8 tenga Alzheimer es mucho? ¿O está acorde a la media nacional?

Ese número es una estimación basada en proyecciones internacionales, ya que actualmente no hay estudios epidemiológicos realizados en San Juan que midan con precisión la prevalencia real. Sin embargo, considerando que nuestra población envejece de forma similar al promedio nacional, es razonable suponer que el riesgo está en línea con otras provincias. Por eso, en lugar de alarmarnos, debemos actuar: si 1 de cada 8 podría desarrollar Alzheimer, significa que 7 de cada 8 están a tiempo de prevenirlo. Eso refuerza la importancia de invertir en investigación local y estrategias de salud cerebral.

 

¿Cómo se utiliza la inteligencia artificial (IA) en el diagnóstico de la demencia?

La inteligencia artificial (IA) se está convirtiendo en una herramienta clave para anticipar riesgos y optimizar los recursos en salud cerebral. En San Juan, hemos desarrollado dos proyectos pioneros:

Proyecto 1: Evaluación de perfiles de salud cerebral mediante clustering

Utilizando IA, agrupamos a los adultos mayores en diferentes «perfiles de salud cerebral» según sus hábitos, funcionalidad, emociones y entorno social. Esto nos permite identificar grupos con mayor o menor riesgo de deterioro, incluso antes de que existan síntomas. La IA detecta patrones ocultos que escapan a la observación clínica tradicional, y nos ayuda a orientar mejor las intervenciones preventivas.

Entre los hallazgos más destacados, identificamos tres grandes perfiles:

El Cluster 0 presentó los mejores hábitos de vida, con alta actividad mental, sociabilidad y mejor desempeño cognitivo. También mostró menor obesidad, mejor regulación cardiovascular y más años de estudio.

El Cluster 1 tuvo un perfil más equilibrado, con buen descanso y soporte afectivo, pero menor estimulación cognitiva y mayor riesgo de hipertensión no conocida.

El Cluster 2 concentró los hábitos menos saludables, mayor carga de síntomas físicos y emocionales, peores condiciones socioeconómicas y mayor percepción subjetiva de deterioro cognitivo, a pesar de ser el grupo más joven.

Estos resultados nos permiten diseñar intervenciones focalizadas, reconociendo que no todas las personas mayores tienen el mismo riesgo ni las mismas necesidades.

Proyecto 2: Detección de riesgo de deterioro cognitivo

Construimos modelos de aprendizaje automático que predicen la probabilidad de que una persona tenga deterioro cognitivo, utilizando datos recolectados durante entrevistas, tests y formularios. Se probaron distintos modelos (regresión logística, Random Forest, XGBoost y LightGBM), siendo este último el que mostró mejor equilibrio entre sensibilidad y especificidad. Además, visualizamos qué variables fueron más importantes para la predicción, como los años de educación, la funcionalidad diaria y la edad.

Estos avances no reemplazan al profesional de salud, pero ofrecen una «segunda opinión» automatizada, basada en evidencia, que permite actuar más temprano y de forma personalizada.

En la conferencia habla de un abordaje al Alzheimer teniendo en cuenta “criterios biológicos”. ¿Qué significa  y cómo afectaría la salud pública y la práctica clínica?

Tradicionalmente, el diagnóstico de Alzheimer se realizaba combinando síntomas clínicos con evidencia patológica. Sin embargo, en los últimos años algunas propuestas internacionales plantean definir la enfermedad solo por biomarcadores (como la presencia de amiloide o tau en estudios de laboratorio o neuroimagen), incluso si la persona no presenta síntomas.

Este cambio tiene implicancias profundas:

Podría generar sobrediagnósticos, clasificando como «enfermos» a adultos sanos con biomarcadores positivos pero sin deterioro real. Diluiría la gravedad del diagnóstico, al incluir cuadros muy distintos bajo el mismo rótulo de Alzheimer. Aumentaría el riesgo de aprobar fármacos sin eficacia clínica comprobada, basados solo en cambios biológicos. Incrementaría las inequidades, ya que la interpretación de biomarcadores requiere alta especialización y puede variar según la experiencia del profesional.

En contraste, otros consensos como el IWG (International Working Group) proponen una definición clínico-biológica, que combina los biomarcadores con la presencia de síntomas o con un riesgo muy alto de desarrollarlos. Esta visión es más equilibrada, y permite que el diagnóstico tenga consecuencias reales y tangibles en la vida del paciente y su entorno.

En definitiva, pasar de un diagnóstico basado en personas a uno basado en moléculas cambia el modo en que entendemos la enfermedad, planificamos la prevención y desarrollamos tratamientos. Por eso es fundamental debatir estas definiciones con responsabilidad, pensando en el impacto ético, social y sanitario que pueden tener.

By | 2025-04-29T17:15:26-03:00 abril 10th, 2025|Neurología|0 Comments